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El proceso que seguí para esta versión de Códigos Obsesos fue tomar los 13 fragmentos y transformarlos todos empleando el número 13 o 3, o bien, parámetros como 1.3 o 0.13 en los plug-ins. Curiosamente, ésta es la tercera versión que hice al estar experimentando, pues es la que más me gustó y produjo mejores resultados. Incluso la duración quedó en 06:33, haciendo del 3 un número obsesivo.

Después de acomodar los 13 fragmentos, pensé que sería buena idea mezclarlos con cosas de mi niñez. Dado que la obsesión, según Freud, alude a sentimientos de culpa o impulsos instintivos que sucumbieron a la represión en la vida adulta, pero tuvieron su libre expresión en la niñez, decidí volver a elementos que marcaron mi niñez, adolescencia y adultez con fragmentos de películas que hablaran sobre la violencia, la pérdida e ideales del amor, la muerte, la religión, la culpa, la soledad y el abandono. En ese sentido, tomé todas las películas que vinieron a mi mente y las representé: "Heli", "Fando y Lis", "El Exorcista", "Adiós a Las Vegas", "La mejor de mis bodas", "Viajo porque preciso- vuelvo porque te amo", "Mr. Lonely", "Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos" y "Temporada de patos"; quizá sólo faltó "El asesino perfecto". Todo esto representa la apropiación de material con copyright y la búsqueda de aquello que sucumbió a la represión.

Por último, aunque es lo que inicia la pieza, grabé mi corazón con la Zoom H1. Me sorprendió cómo todos los sonidos pasan a través de mí y mi cuerpo es un conductor de sonidos, una enorme caja de resonancia en donde vive ese latidos, ese órgano tan apreciado en la Antigûedad como cuna y jardín de la memoria.

Cabe decir que la pieza en su totalidad fue creada con el software libre Audacity.